Tener la sensación de que le faltan horas a mis días,
días a mis semanas, meses a mis años, años a mi vida. Para poder hacer todo lo
que quiero. Para pasar la vida con buenas compañías, para pasar la vida sólo.
Pero, al mismo tiempo, sentir que dejo pasar las horas, los días, los años; la
vida. Para vivir mi vida.
«Hay que estar
ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el
horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia
la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué?
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces,
sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la
soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se
despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a
todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta,
a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella,
el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de
embriagarse!"
Para no ser los
esclavos martirizados del Tiempo,
¡embriáguense,
embriáguense sin cesar!
De vino, de
poesía o de virtud, como mejor les parezca».*
*Charles Baudelaire; Embriágense.
Tomado de http://memoriadelfuego.blogspot.com.ar/
2 comentarios:
chin chin! enbriaguémonos andando :D tu dupla de aperitivo
De una (bajativo era el nombre, jaja).
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