jueves, 13 de marzo de 2008

Conversaciones de ascensor

Hay muchas situaciones incómodas en la vida, pero por lo normal se dan poco a menudo. Personalmente, hay una que me es muy habitual y que no por esto es menos embarazosa; estar en el ascensor con desconocidos o que apenas tengo una relación de “hola y chau”, eso me incomoda, capaz porque soy de campo y no estoy acostumbrado a estas cosas…

Si cuando subo hay dos chicas hablando, la conversación se corta y siento que la situación no solo me molesta a mi, sino también a estas dos personas; ¿para donde miro? Bueno, miro a una de las chicas justo en ese momento también me mira así que bajo rápidamente mi mirada, veo el suelo, que aburrido. Entonces saco el celular, ningún mensaje, leo el último que me enviaron… ¡qué suerte! Ya estamos en Planta Baja.

Si vas hablando con un amiga y sube una chica también termina el diálogo, ¿Por qué?, y… porque estaban hablando
boludeses, y no quieren quedar como dos giles, o estaban hablando de alguna mina y no quieren quedar como babosos. De nuevo silencio, porque no da para hacerse el “picante” con esta chica que mira el piso, tratando de pasar desapercibida.

Entre hombres la cosa es mucho más simple. Hay dos opciones: 1, no se habla de nada y el primero en bajar dice “
chau” o cuando mucho un “hasta luego”; o 2, como ya lo cruzaste tantas veces en esta misma situación , sacas uno de los “temas clásicos de ascensor”: primero (sin lugar a dudas) tenemos el clima, “que calor que hace”, “está fresco hoy”… siempre es lo más fácil para romper el hielo. Después hay otros como el estudio: “¿Qué estudias vos?” y… ya te dije la otra vez que me preguntaste lo mismo, pero te lo digo de nuevo porque yo tampoco me acuerdo si estudias ciencias económicas o diseño; también se habla sobre el edificio, que el ascensor anda cada vez peor, que el portero hincha las pelotas, que las expensas siempre llegan más caras, etc.
Cuando subís con una chica no podes no hablar de nada porque
quedás muy “seco”, y si hablas de los “temas clásicos” quedás como un gil que no sabe de que hablar pero quiere caer simpático. Pero esto se puede complicar más; seguramente te gusta alguna linda chica del edificio a la que esperas cruzarte para que puedan hablar un poco y saber algo más de ella, pero siempre se desencuentran… Un día entrás y ahí está, esperando el ascensor, esta es tu oportunidad, ya te dijo “Hola, ¿Cómo estás?”, “Bien, ¿y vos?”, “Bien”. ¡Rápido!, hablá de algo, ¿de qué? No se me ocurre nada… del clima no (es muy clásico), ya se que estudia (otro tema menos), el edificio es una mierda ¿a quién le importa? Bueno, volvamos al estudio:
¿Y, cómo vas con tu carrera?Bien, mañana rindo ¿vos?
Igual, estudiando para rendir.(en su piso) Bueno, chau, suerte con los exámenes.Vos también.¡Bha! Otra oportunidad desperdiciada. Pero entrando a tu departamento te consuela pensar: la próxima vez se me va a ocurrir algo, es más, la voy a invitar a hacer algo, alguna salida tranqui

¡Que mentiroso! Si no te animas a preguntarle como se llama,
mirá si te vas a animar a invitarla a tomar algo o a ir al cine.