lunes, 3 de diciembre de 2007

Las mejores promesas...

Cuando cree este blog me comprometí a escribir nuevos “artículos” periódicamente. El tema es que no especifiqué periodos de cuantos días y creo que un mes es demasiado. Justamente hablando de las cosas que decimos y no cumplimos, me vino a la mente una frase de Joaquín Sabina, “las mejores promesas son esas que no hay que cumplir"... y no puede ser más cierta. Aunque, obviamente hay buenas promesas que se vuelven mejores cuando se cumplen.

Las “relaciones amorosas” están llenas de promesas que no hay que cumplir y creo que justamente a esas se refiere Sabina. En esos momentos de plena felicidad uno no controla la verdadera magnitud de sus palabras y ahí es cuando aparecen las contundentes frases “nunca te voy a dejar de amar”, “no voy a querer a nadie tanto como a vos” y otras similares que ese momento son muy especiales pero tienen una minúscula probabilidad de cumplirse porque los sentimientos son complicados e impredecibles y más aún a largo plazo.
También hay otras situaciones muy comunes en las que hacemos estas cosas… llegas a rendir un examen nervioso e inseguro, con temor a desaprobar por no haberle dedicado el tiempo suficiente a la materia y, antes de entrar a rendir, decís: “si apruebo me pongo a estudiar desde mañana y para el próximo no me dejo estar”. ¡Mentira! Si sabes que sos un dejado y no te vas a poner a estudiar hasta que la soga te llegue al cuello, y peor todavía si te salís con la tuya y aprobás, porque para el siguiente vas a saber lo mismo o menos… total al otro lo aprobaste. Pero bueno, en el momento que lo decís, sentís que esa promesa te va a ayudar.
Para dar otro ejemplo te puedo decir que cuando pasa el tiempo y las cosas cambian, justamente con esa persona especial con la que se decían esas cosas tan tiernas, intentas tomar distancia y ponerle fin a esa relación que no da para más, hasta que un día le confesas a tus amigos: “No, con ella no me veo nunca más”. Pero al decir esto, no estás teniendo en cuenta que el próximo finde seguro te ponés en pedo y cuando estés solo te terminas yendo de nuevo con ella, como para salvar la noche, lo que trae aparejada otra promesa que no vas a cumplir, el clásico, “te juro que no tomo nunca más, mira lo que termino haciendo”, y cuando ya se te pasó la resaca y te recuperas, tus amigos te invitan a tomar una cerveza… y como sos muy buen amigo no les podes decir que no. O sea, ese “nunca mas” no duró ni 24 horas.
Más o menos importantes, peligrosas o inocentes pero las hacemos, porque no nos damos cuenta o por necesidad. No se si lo que escribí tiene mucho sentido para vos. Si sentís que te hice perder el tiempo, disculpame, te prometo que nunca más lo vuelvo a hacer.